Los paisajes son en su mayoría de Segovia y buena parte de los jardines están realizados en el Real Jardín Botánico de Madrid. Cada una de estas obras está pintada in situ, por lo que es un trabajo muy directo y rápido; son pinturas frescas y llenas de ritmo, y en las que el color refleja el instante captado por los pinceles de Carlos Costa, quien ha utilizado para esta exposición dos técnicas: por un lado, dibujos hechos en pastel, y por el otro, óleo sobre cartón.
Según Costa “las experiencias de una vida se reflejan en la obra de un artista y con cada obra trato de buscar mi propia expresión” y así es con cada uno de los cuadros de esta muestra, en la que empezó a trabajar hace dos años y con la que vuelve a sus orígenes. Aúnan buena parte de sus pasiones: la pintura, la naturaleza, su gusto por las plantas, el campo, y los viajes.
Carlos Costa estudió en la Casa de los Picos con maestros como Baixeras, Mon Montoya, Ángel Cristóbal o Lorenzo Tardón, aunque la mayor parte de su formación es autodidacta. Lleva más de tres décadas pintando y realizando exposiciones a nivel nacional e internacional. Atesora una larga trayectoria en la pintura figurativa, acercándose a la abstracción en algunos momentos y es que, según el propio autor, “un artista evoluciona y cambia constantemente, a media que va adquiriendo conocimientos”.
“Luces en el jardín”, esta colección de pequeñas grandes obras que despiertan emociones, y que puede que sirvan a Carlos Costa de bocetos para obras de gran formato, se puede visitar en la Casa de la Lectura hasta el próximo 29 de junio.
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